Cómo cotizan los CFDs

El inversor se pregunta, a veces, que ocurre con su orden sobre CFDs cuando esta es lanzada al mercado. ¿Cómo cotiza o cómo se contrata realmente un CFD? Lo cierto es que existen dos tipos de CFDs, aquellos que tienen una horquilla de contratación fijada por el emisor, y otros que tienen acceso directo al mercado. Vamos a tratar de explicar a continuación, que peculiaridades tienen ambas formas de cotización o contratación.

Los primeros, los contratos por diferencias con horquilla de contratación, muestran una horquilla, como su propio nombre indica, de precios de compra-venta, que el cliente debe aceptar si quiere tomar una posición en el mercado.

No existe profundidad de mercado, es decir, varias órdenes acumuladas a diferentes precios, solamente hay un precio de compra y un precio de venta que establece el emisor. Esta modalidad, es ofertada por los brokers diciendo que no cobran comisiones por operar con CFDs. Es cierto, ¿pero dónde está su ganancia?

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Cómo empezar con los CFDs

Aquellos inversores que han probado la bolsa, y buscan mayores emociones y posibilidades en cuanto a sus inversiones se refiere, tienen en los CFDs un producto ideal para lograr sus objetivos.

Los CFDs constituyen un producto derivado de la evolución de un activo subyacente, que como ya saben puede ser casi cualquier cosa: una acción, un índice, una materia prima, etc.. En comparación con otros productos derivados como son los warrants o los futuros, los CFDs poseen unas características más favorables para el inversor minorista.

Ofrecen una mayor transparencia respecto a los warrants, sobre cuyo precio influyen diversas variables difíciles de cuantificar para el inversor; y respecto a los futuros, presentan una mayor flexibilidad en cuanto a la inversión y un mejor acceso a algunos subyacentes como por ejemplo, las materias primas.

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Qué es un CFD y cómo funciona

Un CFD, cuyas siglas significan “contratos por diferencia” (contract for difference en inglés) han sido uno de los productos ganadores durante el último año, y se espera que lo sigan siendo aún más en el presente ejercicio. Su origen se remonta al Reino Unido a mediados de los años 90, para extenderse rápidamente a más de 25 países en el año 2000. A España llegarán mucho más tarde. En un primer momento fue utilizado por los fondos de inversión para más adelante, popularizarse entre el inversor minorista.

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